El dictador y genocida Jorge Rafael Videla dijo presente en el sur de Córdoba hace 41 años, el 5 de agosto de 1980. Llegó desde la capital provincial a Río Cuarto y desde allí se trasladó en helicóptero hacia la zona de General Levalle. El por entonces presidente de facto de la República Argentina sobrevoló los campos inundados y descendió en inmediaciones de la central termoeléctrica de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec), que fue inaugurada algunos meses después, en marzo de 1981.
De acuerdo al testimonio de Eduardo Andrés Vincenti, quien en aquellos años era intendente de Levalle, Videla encabezó un acto protocolar “rápido” y regresó a Río Cuarto.
“Era parco y casi no saludó a los demás intendentes. Le sugerí que dirigiera algunas palabras y pronunció un discurso corto. El dispositivo militar fue muy importante, ya que eran épocas de terrorismo”, expresó Vincenti en una entrevista que Ricardo Martinelli publicó en su libro “General Levalle: población urbana, población rural”.
Por su parte, el periódico La Verdad plasmó en las páginas de la edición de septiembre de 1980 algunas apostillas sobre la visita presidencial. Uno de los datos centrales hace referencia a la cantidad de asistentes al evento. En ese sentido, se calculó que alrededor de 4 mil vecinos participaron del acto.
“Los gritos de Argentina, Argentina, y el agitar de las banderas conmovió hondamente al general Videla, luego de la palabra emocionada de bienvenida de Vincenti”, se describió uno de los párrafos de la crónica.
El presidente de facto recibió las llaves de la localidad y antes de retirarse dijo: “Doy fe, señor intendente, que esta comunidad, camina. Muchas gracias”.
Por su parte, Haydeé Galarza, quien en 1980 se desempeñaba como docente de grado en el Centro Educativo Doctor Virgilio Barbalato, recordó que, como sucedía en todos los actos de importancia, las instituciones educativas y las fuerzas vivas del pueblo fueron convocadas para asistir.
“En esa época, todas las escuelas y las instituciones iban a los actos. Además, en este caso, se trataba de un acontecimiento sumamente particular porque venía un presidente. La planta de Epec estaba sin terminar, pero igualmente Videla vino para recorrerla. Recuerdo que como no todos los padres tenían autos, los pocos que contaban con vehículos tuvieron que hacer varios viajes para llevar a todos los alumnos al acto. Otro de los recuerdos comunes entre las personas con las que hablé es que hacía mucho frío”, aseguró Galarza.